El ser que ama, observa cada segundo con comprensión, porque unido a la eternidad del momento está, más no se encuentra dividido ni siquiera por el mismo tiempo.
El ser que ama, al estar entonces unido a todo, comprende todo, ese ser es uno mismo con cada cosa.
El ser que ama, comprende que entre aquéllo que observa, y él, que es el observador, no hay diferencia.
El ser que ama, no se aleja con sus creencias, deseos, miedos, gustos y demás cosas que lo dividen.
El ser que ama, comprende el dolor en sí, sin que su mente se divida en sufrimiento, así como comprende el dolor en el otro, y no contribuye a su desgracia.
El ser que ama, no abraza a unos y golpea a otros.
El ser que ama, no cuida a unos y descuida a otros.
El ser que ama, evita el sufrimiento de todo ser que puede sentir el dolor.
No hay amor en el ser que se aleja con su cruz para abrazarse con los que también la tienen, no hay amor en el que dice bellas palabras a unos y a otros insulta, no hay amor en el que acaricia un perro y come a un cerdo, no hay amor en el que sólo se preocupa por sus conocidos y abandona totalmente a sus desconocidos.
Bien dicen, que el amor significa: "En contra de la muerte". Muertas estarán nuestras consciencias si no despertamos nuestra humanidad y la unimos a todo momento y a toda acción.
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